Aprendamos a Convivir
Con base en el artículo 87 de la Ley General de Educación 115 de febrero 8 de 1994, se establece que los establecimientos educativos deben tener un Manual de Convivencia en el cual se definan los derechos y obligaciones de los estudiantes , y la sentencia T-569 de 1994 que expresa: “La educación, como derecho fundamental conlleva deberes del estudiante, uno de los cuales es someterse y cumplir el reglamento o las normas de comportamiento establecidas por el plantel educativo al que está vinculado. Su inobservancia permite a las autoridades escolares tomar las decisiones que correspondan, siempre que se observe y respete el debido proceso del estudiante, para corregir situaciones que estén por fuera de la Constitución, de la ley y del ordenamiento interno del ente educativo… El deber de los estudiantes radica, desde el punto de vista disciplinario, en respetar el reglamento y las buenas costumbres, y en el caso particular se destaca la obligación de mantener las normas de presentación establecidas por el Colegio, así como los horarios de entrada, de clases, de recreo y de salida, y el debido comportamiento y respeto por sus profesores y compañeros” se ha construido el presente Manual de Convivencia Escolar con el cual se quiere dinamizar y vivenciar los siguientes principios básicos para la educación en la convivencia social de los estudiantes en todas nuestras sedes.
1. APRENDER A NO AGREDIR AL OTRO: Fundamento del modelo de convivencia social centrado en el humanismo. El ser humano debe aprender a convivir y debe ser enseñado a no agredir de ninguna forma a los otros miembros de su especie, animales de compañía y plantas.
2. APRENDER A COMUNICARSE: Fundamento del respeto y de la autoafirmación personal y grupal pues cuando existe verdadera comunicación se espera que haya reconocimiento y respeto mutuo. Por esta razón, se debe aprender a dialogar, porque es a través del diálogo que aprendemos a expresarnos, a comprendernos, a aclararnos, a coincidir, a discrepar, a comprometernos y a convivir.
3. APRENDER A INTERACTUAR: Base del modelo de relación social centrado en el humanismo. Todos somos extraños hasta que aprendemos a interactuar. Aprender a interactuar supone aprendizajes tales como:
a) Aprender a acercarse al otro, siguiendo reglas de saludo y cortesía.
b) Aprender a comunicarse con los otros reconociendo los sentimientos y los mensajes de los otros, y logrando que reconozcan los míos.
c) Aprender a estar con los otros aceptando que ellos están conmigo en el mundo, buscando y deseando ser felices, y aprendiendo también a ponerse de acuerdo y a disentir sin romper la convivencia.
d) Aprender a vivir la intimidad, aprendiendo a cortejar y amar respetuosamente.
e) Pero sobre todo aprendiendo a percibirme y a percibir a los otros como personas que evolucionamos y cambiamos en nuestras relaciones pero guiados siempre por los Derechos Humanos.
4. APRENDER A DECIDIR EN GRUPO: Aprender a convivir supone aprender a sobrevivir y a proyectarse. Estos tres propósitos fundamentales de los Humanos no son posibles si no se aprende a concertar con los otros. Por esta razón, este aprendizaje se basa en la concertación como condición para decidir en grupo. El grado de convivencia de una sociedad depende de su capacidad de concertar intereses de una forma participada a todo nivel: familiar, escolar, gremial, regional, nacional e internacional.
5. APRENDER A CUIDARSE: Base del modelo de salud y prevención en riesgos y seguridad social que se impulsa en el Colegio. La salud es un bien personal y colectivo que se construye y se desarrolla a base de comportamiento. Aprender a cuidar el “bien estar” físico y psicológico de sí mismo y de los otros es una forma de expresar el amor a la vida. Aprender a cuidarse, significa también aprender a crear y a cuidar las condiciones de vida de todos (vivienda, alimentación, educación, trabajo, recreación) como factor de convivencia. Si el otro no tiene condiciones de vida adecuadas, la convivencia no es posible porque antes de convivencia está la supervivencia. Aprender a cuidarse supone igualmente aprender a proteger la salud propia y de todos como un bien social, y aprender a tener una percepción positiva del cuerpo. Sin una cultura de cuidado del cuerpo y de las condiciones de vida no es posible el desarrollo adecuado del sistema de salud y de seguridad social.
6. APRENDER A CUIDAR EL ENTORNO: Fundamento de la supervivencia equilibrada de los humanos con el ambiente. Aprender a convivir socialmente es ante todo aprender a estar en el mundo, cuidando del lugar donde estamos todos: la Biosfera. La convivencia social es posible si aceptamos que somos parte de la naturaleza y del universo, pero que en ningún momento somos superiores a ellos. No somos “los amos”. La convivencia social implica también aprender que no es posible sobrevivir si el planeta muere, y la Tierra no podrá seguir siendo “nuestra casa” si no la protegemos desde ahora.
7. APRENDER A VALORAR EL SABER SOCIAL: Base de la evolución social y cultural de toda comunidad. El Saber Social (el Académico y el Cultural) definido como el conjunto de conocimientos, prácticas, destrezas, procedimientos, valores y sentidos, que una sociedad juzga válidos para sobrevivir, convivir y proyectarse, es importante para la convivencia social, porque es ahí dentro de la cultura y saber Académico que le toca vivir, donde el ser humano se modela y evoluciona. Por eso el conocimiento y contacto con los mejores Saberes Culturales y Académicos de cada sociedad produce personas más humanísticas, racionales, más vinculadas a la historia y la vida cotidiana de la sociedad y por lo tanto más capaces de comprender los beneficios y posibilidad de la convivencia social.